En mi entrada de hoy me gustaría hablaros sobre el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER) y de lo que significa este proyecto para Europa. Podríamos decir que su germen surge en el gobierno federal suizo que venía esbozando este proyecto desde el año 1971, aunque fue en 1991 cuando comenzó a fraguarse de forma más realista. El documento final elaborado por el Consejo de Europa no se presentaría hasta 2001, aprovechando la celebración del Año Europeo de las Lenguas.
¿Pero
que es el MCER exactamente? Es un proyecto de reconocimiento europeo y para
Europa en el que se pretenden medir de algún modo las competencias
lingüístico-comunicativas. Estas se dividirían en tres tipos: competencia lingüística, competencia
sociolingüística y competencia pragmática de forma estandarizada en un idioma
extranjero. Estos componentes deben interactuar entre ellos para conformar al
individuo a través del aprendizaje de una lengua, y la mejor forma de controlar
positivamente este hecho es a través de la unificación integradora de toda
Europa. La finalidad es poner en común rasgos lingüísticos de comunicación, así
como conocimientos y destrezas. Los docentes para comprobar el progreso del
alumnado contarán con unos niveles comunes establecidos por el MCER, acerca del
dominio de cada lengua. Estos seis niveles llamados A1, A2, B1, B2, C1 y C2 nos
informan de la competencia lingüística de cada persona. Os recomiendo leer la
entrada de diario del tema 5 de este mismo blog del profesor Gonzalo Constenla
Bergueiro, en donde trato de forma más extensa esta subdivisión de niveles para
que podáis documentaros con más profundidad acerca de este tema. Por otra lado,
no debemos olvidar que cada idioma tiene también unos exámenes concretos de
control de nivel con nomenclaturas diferentes. A continuación, os dejo la tabla
de equivalencias de certificados correspondientes a cada lengua, es decir, el
nombre que tienen los diferentes exámenes que competen a cada idioma en sus
diferentes niveles. Como hecho resaltante podréis ver que es en inglés, en donde
se encuentran mayor número de certificados diferentes en comparación con otras
lenguas.
Las
lenguas y su modo de enseñarlas han llegado hasta el comité de ministros del
Consejo de Europa, esto significa que nuestro modo de comunicarnos es una de
las bases fundamentales en el ser humano y por ello debe estar regulado. No es
tarea fácil conseguir este hecho de forma fluida y óptima, por eso en el MCER
se persigue un objetivo principal. Este es: “conseguir una mayor unidad entre
sus miembros” [R.(82).18] “adoptando una acción común en el ámbito cultural” [R.(98).6].
Una de las bases, por tanto, es proteger el rico patrimonio del que gozan todos
los estados miembros. A modo de ejemplo puedo citar la existencia de organismos
como el EBLUL (European Bureau Lesser Used languages), que se dedica a defender
las lenguas minoritarias. Toda la diversidad europea debe enriquecer en vez de
ser un obstáculo, por eso el conocimiento de las lenguas modernas europeas (se
especifica este hecho) debe facilitar la comunicación dejando atrás los
prejuicios y tendiendo puentes hacia la cooperación. Los países miembros deben
fomentar el desarrollo de métodos de enseñanza y de evaluación en el
aprendizaje de las lenguas, facilitar el intercambio de información y asegurar
que todos los sectores de la población dispongan de medios eficaces tanto
tecnológicos como de otra índole. Desde el MCER se deben fomentar los esfuerzos
de profesores y alumnos, teniendo siempre en cuenta su situación, para que el
aprendizaje resulte ecuánime. A continuación os dejo un vídeo de youtube en donde explican con mucha
claridad que es el MCER
¿Y con todos estos propósitos
anteriores en qué se emplea el dinero destinado a este proyecto? Pues
primordialmente al desarrollo de programas que se puedan utilizar en todos los
niveles educativos mediante los métodos y materiales más adecuados, para llegar
a una puesta en común colectiva. Desde las instituciones públicas de aprendizaje
de lenguas como las EEOOII, hasta las academias más pequeñas de enseñanza de
idiomas, todos deben tener en común una metodología concreta. El fin es
preparar a la ciudadanía europea para la movilidad en un entorno multicultural
y multilingüe.
¿Hasta qué punto esto es una realidad
o una quimera? Centralizar de este modo la enseñanza de las lenguas parece a
priori moverse en la idoneidad más precisa, pero tal vez encubre ciertas
desigualdades. La multiculturalidad de la que se habla no está en el mismo
nivel pues los contextos son diferentes. Es decir, “expresarse en un (meta) lenguaje
comprensible para todos”, como se comenta en el siguiente link del Archivo del
Foro Didáctico del Centro Virtual Cervantes que os recomiendo leer y en donde
se habla de este hecho https://cvc.cervantes.es/foros/leer1.asp?vId=7729,
sería lo correcto partiendo de una base común que no podría dejar de aprovechar
las características concretas de cada espacio y cada país. Debemos esperar algo
más de tiempo para ver el impacto real del MCER ya que todavía quedan aspectos
que resolver, como por ejemplo, los niveles C1 y C2. Hasta entonces
intentaremos adaptarnos a esta nueva realidad lingüística.
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